MARÍA ROSA GIL DEL BOSQUE, AMOR POR LA GUITARRA
La guitarra ha sido y es, el principal motor de su vida
Rosa (dcha.), con compañeras de
El Micalet (1946)
Rosa Gil con su profesora Pepita Roca, en 1952
Acto de entrega de premios del
Conservatorio, en 1981
Junta Directiva de AGV, durante el
I Concurso de Guitarra (2002)
Placa de Presidenta de Honor de AGV (2002)
El próximo día 13 de agosto, se cumplirá el 80 aniversario de María Rosa Gil del Bosque, una mujer que nunca se atrevió a imaginar en su juventud, hasta qué punto su persona se convertiría, con el paso del tiempo, en un gran referente para el mundo de la guitarra desde Valencia.
Su formación guitarrística se desarrolla y adquiere una profunda seriedad bajo la tutela de Pepita Roca (la más joven de los discípulos del maestro de Villa-Real, Francisco Tárrega y seguidora fiel de sus enseñanzas). Posteriormente, recibirá clases de Narciso Yepes, con el necesario y laborioso cambio de la técnica guitarrística en que ella había realizado todos sus estudios anteriores. También asistirá a cursos de guitarra impartidos por Emilio Pujol en Siena (Italia) y por Andrés Segovia en Santiago de Compostela (España).
María Rosa desde una fecha muy temprana, el año 1957, dejará su incipiente carrera interpretativa, para dedicarse por completo y de lleno, a la docencia, contando en ese primer año, con una lista muy reducida de alumnos, tan sólo eran seis alumnos de guitarra en el Conservatorio de Valencia, pero, eso si, desde el primer momento, eran de una gran calidad musical e interpretativa. Desde 1965, se convertirá en la primera catedrática de guitarra del llamado actualmente, Conservatorio Superior de Música «Joaquín Rodrigo» de< Valencia, cargo que ocupará hasta su jubilación y cuya cátedra llegará a tener a más de setecientos alumnos por año.
Desde el año 1967 un elevado número de alumnos de su cátedra, alentados sin ninguna duda por ella misma, participaron entre otros certámenes nacionales e internacionales, en el reconocido Certamen Internacional de Guitarra «Francisco Tárrega» de Benicassim, obteniendo gran cantidad de premios en las diferentes ediciones, tanto en el primer, segundo y tercer premio, como en la mejor interpretación de la obra de Francisco Tárrega o en el mejor intérprete español. Algunos de estos brillantes alumnos fueron: Miguel Barberá, Rafael Cabedo, Antonio Sánchez Picadizo, Enrique Perona, José Pechuán, Manuel Abella, Santiago Rebenaque, José L. Silvaje, Manuel Babiloni y Jorge G. Orozco.
María Rosa se nos muestra también como una gran pionera en España al programar desde su cátedra en el Conservatorio Superior de Música “Joaquín Rodrigo” de Valencia desde el año 1984, cursos anuales de perfeccionamiento de guitarra con grandes maestros del instrumento como son: David Russell, Abel Carlevaro, José Tomás, Hopkinson Smith, Manuel Barrueco y Roberto Aussel, entre otros. Todos estos cursos a lo largo de los años, aportaron a su alumnado una visión tan amplia y rica de la guitarra que les hizo crecer tanto como músicos, como intérpretes.
La cátedra de María Rosa en Valencia, no ha sido una cátedra encerrada en si misma, sino que se ha caracterizado siempre por estar abierta a las nuevas técnicas y tendencias interpretativas y, a los nuevos conocimientos.
Si tan solo dispusiera de unas pequeñas frases para definir a María Rosa Gil, no me resultaría muy difícil, ya que la conozco bien. Su vida se nos muestra como un valeroso, incondicional e inquebrantable... «Amor por la guitarra», en el sentido más amplio de la expresión.
La guitarra ha sido y es, el principal motor de su vida.
Ese amor se refleja tanto en su labor docente de treinta y ocho años como catedrática, donde el apoyo constante y el ánimo a sus alumnos ha sido siempre su lema, como en la ardua tarea de convertirse en la embajadora de la guitarra a través de la Sociedad Amigos de la Guitarra de Valencia, durante sus sesenta años de existencia.
Fue miembro fundador de la misma, asistiendo a la primer representación oficial de la Sociedad, al acudir a los actos que durante el mes de noviembre de 1952, en Villarreal (Castellón) se celebraron para rendir homenaje a la gran figura de la guitarra de principios del siglo XX, Francisco Tárrega, en el centenario de su nacimiento (1852-1952). Entre todos los acontecimientos que se sucedieron durante esos días, el concierto ofrecido por sus últimos discípulos, Daniel Fortea, Josefina Robledo, Emilio Pujol, y su maestra, Pepita Roca, fue sin duda alguna, uno de los momentos más entrañables e irrepetibles, de las jornadas del homenaje.
En esta Sociedad durante muchos años, sobre todo desde 1979 al 2001, en que fue su Presidenta, María Rosa mantuvo viva la voz de la guitarra en Valencia a través de un gran número de conciertos realizados por grandes maestros del instrumento, y dando cabida en ellos a jóvenes promesas que se han convertido a su vez en grandes maestros, sin dejar que estos se interrumpieran a lo largo de los años.
Este continuo trabajo en pro de la guitarra y sin duda, la calidad de los guitarristas que se han podido escuchar en la Sociedad Amigos de la Guitarra de Valencia en sus sesenta años de existencia, ha dado como delicioso fruto, que en las salas de conciertos más prestigiosas de Valencia como es el Palau de la Música o el Palau de les Arts, no resulte extraño en la actualidad, escuchar un concierto de guitarra.
Por último, para aquellos que aún no conocen a María Rosa Gil del Bosque, os propongo una serie de adjetivos que se ajustan perfectamente a su persona: emprendedora, incansable, tenaz, luchadora, constante, modesta, perfeccionista y con la gran voluntad de aprender algo nuevo todos los días y sorprenderse de ello.
Muchas felicidades en tu 80 aniversario y que tus sueños sigan haciéndose realidad todos los días.
Amparo Martínez Gil
Artículo publicado en la Revista Royal Classics
Concierto en agosto de 1955
Con Andrés Segovia,
en su curso de Santiago, 1961
Con John Williams,
en septiembre de 1961
Artículo de Carmen Payá,
publicado en prensa en 1960
y en libro en 1963
Rosa Gil y Abel Carlevaro,
curso de AGV de 1985
Firmando con Russell en el
Libro de Oro del Palau (2000)